Hoy, hace un año

El Cardenal Medina subió al balcón del vaticano y anunció la elección de un nuevo Papa.

Aquí algunas fotos,

y el video en youtube

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El comentario sobre el Cardenal Medina en la blogósfera en esa época fue: «¡What a showmanship!» que significa «¡Qué sentido del espectáculo!». Conociendo los antecedentes del Cardenal Medina, estoy seguro que la fuerza con que arrastró la R de «Ratzinger» y el tiempo que se tomó en decirlo fue completamente a propósito.

Recuerdo que me sorprendió la rapidez con que se llegó a un resultado, porque los medios de comunicación siempre hablan de una Iglesia con profundas divisiones entre la jerarquía y los laicos, entre conservadores y progresistas, así que se esperaba un cónclave largo.

La señal que enviaron los cardenales en el sentido de la unidad de la Iglesia fue muy fuerte, sobre todo considerando las mayorías que se necesitan para elegir Papa.

Al saber el nombre, mi primera sensación fue de un tremendo «sentido», fue como si Dios dijera «no se preocupen, yo estoy a cargo de esto, Juan Pablo II era un marcó una dirección, y vamos a seguirla».

Volviendo a los electores, hay que reconocer su valentía al elegir a una persona con una fuerte imagen pública, como el cardenal Ratzinger.

Habria sido más fácil nombrar a alguien desconocido que se hiciera su fama propia frente al mundo, que nunca ha sido amable con los papas. En cambio, prefirieron mostrar que Juan Pablo II segundo contaba con todo su apoyo en sus decisiones más controversiales, que precisamente era las que tomaba asesorado por la Congregación dirigida por Jospeh Ratzinger.

De los balances de este año, el que me ha llamado más la atención es el de John Allen: La gente solía venir a ver a Juan Pablo II (la comparación es inevitable), pero hoy vienen a oir a Benedicto XVI. Hay que destacar también la apreaciación que hace Vittorio Mesori en una entrevista que publica ACI Prensa.

Es como si Dios con Juan Pablo II hubiera hecho explotar una gran luz sobre la cultura, y luego con Bendicto XVI nos dijera «Bien, ahora que tengo su atención, conversemos».